El Duque de Ahumada preocupado por el correcto y honroso empleo de las armas dictó:
"Varias veces algunos Guardias han desenvainado sus sables contra paisanos desarmados… toda Guardia Civil debe tener muy presente el lema de las antiguas espadas españolas – no me saques sin razón ni me envaines sin honor- y pocas veces puede haber causa para desenvainarla contra el paisano desarmado". (Circular 4/08/1846)
Por orden fundacional se preveía dotar a todos los Guardias Civiles de Caballería o Infantería de su correspondiente sable (R.O.25/08/1848) y el Duque de Ahumada, en 1850, dicto que los pedidos se hicieran directamente por los jefes de los Tercios a la Fábrica de Toledo y que se observara si llevaban el lema verdadero del establecimiento pues “en muchos talleres del reino extranjero se falsifican poniendo el rótulo de la Fábrica de Toledo”
A partir de entonces se procedió a diseñar y fabricar espadas y sables para ser portadas por los guardias civiles.
Consecuentemente con lo anterior la "Espada de montar modelo 1844 para Oficial de la Guardia Civil" fue una de las primeras armas blancas del Cuerpo de la Guardia Civil manufacturadas en la prestigiosa Fábrica de Armas Blancas de Toledo.
La espada de montar modelo 1844 para Oficial de la Guardia Civil.
Los oficiales de las unidades de Caballería de la Guardia Civil fueron dotados, continuando la costumbre de la época, de un modelo exclusivo de espada de montar. El uso de espada de montar se complementaba con el de espada de ceñir en los actos a pie.