Alrededor del año 1150, unos misioneros barbudos aparecen en el Languedoc, sur de Francia. Iban en pareja vestidos de negro. Se confesaban cristianos, sólo recibían un sacramento (consolamentum) y se denominaban perfectos, considerados herejes por la Iglesia se establecieron en las ciudades más importantes del Midi: Carcassonne, Albi, Béziers y Tolosa. Sufrieron una auténtica cruzada hasta su exterminio. En Julio de 1209, los cruzados asaltaron Béziers pasando a cuchillo a toda la población. En agosto Raimundo Roger Trencavel, vizconde de Carcassonne defiende su ciudad del ataque del ejército cruzado y negocia su rendición para evitar una matanza. Traicionado, es encarcelado muriendo en extrañas circunstancias a los 24 años. En 1244 fueron quemados en Montségur más de 200 perfectos Cátaros.