Desheredado y expulsado por su padre Cedric, El Sajón, por declarar su amor a Lady Rowenta; el joven noble Ivanhoe parte con su espada a las cruzadas de Tierra Santa con Ricardo I Corazón de León, viéndose mezclado a su regreso en la lucha de éste con su hermano el príncipe Juan.
Amado por la bella Rebeca, hija del judío Isaac de York, Ivanhoe defenderá con lanza y espada la inocencia de la joven tras haber sido acusada, por el gran Maestre de la Orden de los Templarios, de poseída del demonio, y de haber echado un maleficio amoroso a Brian de Bois-Guilert, caballero de la Orden.
Finalmente, Cedric cede a las pretensiones de su hijo, y se celebran las bodas de Ivanhoe y Lady Rowenta en la catedral de York en presencia del Rey. Este enlace consolidará la unión de sajones y normandos, enemistados desde la conquista de Inglaterra por Guillermo de Normandía.