Los vikingos eran los pobladores de la actual Suecia, Noruega y Dinamarca. Los habitantes de estas tierras poseían rasgos comunes como la lengua, la religión, las costumbres y el carácter, algo que hacía de ellos una realidad étnica común definida como los pueblos escandinavos. A finales del siglo VIII se inicia la denominada Era Vikinga con el saqueo del monasterio de Lindisfarne en la costa este de Inglaterra, una era que se extenderá en el tiempo durante trescientos años. Este espacio de tiempo será un periodo de luchas constantes por sobrevivir pero también se convertirá en una era de grandes descubrimientos y aventuras.
Los vikingos gozaron de superioridad en el mar, debido sobre todo a la ingeniería de sus barcos. Con sus naves iniciaron una expansión no sólo por tierras europeas, sino que también llegaron a Oriente y al actual territorio norteamericano. En su expansión buscaban sobre todo la apertura comercial a nuevos mercados y la adquisición de nuevas tierras que explotar agrícolamente; todo ello para aumentar su poder y riqueza.
La espada vikinga estaba diseñada para cortar, gracias a su doble filo. Pensada para ser manejada con un sola mano, por tener la empuñadura corta y en la otra mano el vikingo sostenía el escudo. La espada vikinga se completaba con un pomo que solía tener formas lobuladas o triangulares y estaba generalmente hueco.