La Orden del Temple, cuyos miembros se les conoce como Caballeros Templarios fue una de las más famosas órdenes militares cristianas de la edad Media, fundada con el propósito de proteger las vidas de los cristianos que se peregrinaban a Jerusalem. Sus miembros se encontraban entre las unidades mejor entrenadas de las Cruzadas. Su distintivo era un manto blanco con una cruz paté roja dibujada en él.
En el año 1085, Alfonso conquistó a la ciudad a los musulmanes y fue ayudado por los Caballeros Templarios. Como compensación erigió el Castillo de San Servando y se lo entregó a la Orden para que protegieran la ciudad de los ataques de los almohades y almorávides. Posteriormente ocupó esta Orden la iglesia de San Miguel Alto y financiaron la construcción de la catedral de Toledo.
Otros vestigios templarios de la ciudad son la Casa del temple, la Plaza de Abdón de Paz asociada al famoso "bafomet", la Cuesta de la Candelaria, la Virgen de Tiro en la Catedral, el Callejón de los Infiernos, en el que sus cuevas subterráneas sirvieron de escondite para los caballeros Templarios y el Callejón del Toro.