Los “Bucklers” eran pequeños escudos que se utilizaron en Europa del siglo XII al siglo XVII. De pequeño tamaño, no más ancho que el puño que lo sostiene, el buckler se usó principalmente para parar el ataque de un oponente en lugar de proteger el cuerpo del ataque. También pudo utilizarse para bloquear las armas del oponente e incluso para proteger la mano que blandía la espada y así ocultar su posición. Esto dificultaba al oponente a la hora de planear el ataque y dificultaba su movimiento favoreciendo así la lucha rápida. El “Buckler” se convirtió en la opción de escudo ideal, a medida que el tamaño de las armas comenzó a disminuir y se hizo popular la lucha rápida, debido al desarrollo de las armas de fuego. Este Buckler está hecho de acero de 1,3 mm de espesor (calibre 18) con mango de madera. El escudo se podía colgar de la vaina o del cinturón de la espada cuando se necesitaban las dos manos para una pica o un arma de personal. Tan extendido fue su uso que la práctica de la espada y el escudo se convirtió en uno de los deportes más comunes del Renacimiento.